Fadyx Mayken — No pueden hacer de nuevo lo que hicieron — advierte Grax con firmeza justo cuando la puerta de mi casa se abre de par en par, permitiendo que la luz entre abruptamente y nos reciba el ambiente tenso del interior. Megan me mira con una sonrisa llena de emoción, tan honesta y cálida que me hace sonreír también, a pesar del peso que traigo encima. Su alegría es contagiosa, aunque efímera. — No fue mi intención meter a Megan en esto, Grax — intento explicar, con la voz baja, algo rota por el cansancio. — Lo bueno es que no fue tu intención... no quiero imaginar si esa hubiera sido tu intención... — replica él con ironía, dejando la frase a medias conforme se va acercando hacia la entrada. Yo me adelanto y me coloco en medio de ambos asientos del vehículo, mi mirada se clava