Solo un rasguño en el brazo, pero dolió como el infierno. Esa bala no estaba para mí. No sé si se puso nervioso o no sabe disparar, pero solo me rozó cuando los de seguridad se abalanzaron sobre él. Ezrá Lázarev, 29 años, conocido por la policía. Ha estado en la cárcel por la venta de estupefacientes y acaba de salir hacía un mes. ¿Por qué nos disparó? Aún no lo sabemos. No estaba drogado, tampoco borracho, así que, sabía muy bien lo que hacía. Es normal tener enemigos en este mundo. Gente a la que has despedido, ex socios rencorosos, la competencia... Así que no estoy extrañando, pero sí un poco asustado. Sabía dónde estábamos, por lo que tuvo que seguirnos. Tengo unos cuantos puntos de sutura en el brazo y la camisa llena de sangre, pero estoy bien, cosa que mamá no llega a comprende

