Me ducho y cuando salgo, Sarah está allí, pensativa. Me coloco a su lado a esperar y la miro, esperando que me cuente que ronda su cabeza. Mi amiga siempre me lo cuenta todo, aunque intente guardarse algo para ella, no puede, termina contándomelo porque es mejor fuera que dentro. — Me da miedo que pase algo entre Adam y Megan. — No creo que pase nada. Si él no está con ella es por algo. — A Megan le gusta joderme —refunfuña—. Le caigo mal y no sé por qué. — Ni contigo ni sin ti —me encojo de hombros—. ¿Sabes cómo puedes darle en las narices, verdad? — Siendo feliz con Adam —sonríe abiertamente. — Eso es. Si ella es una bruja, nosotras lo seremos más. — ¿Me enseñarás a ser una bruja? — Seré la mejor profesora que pueda. ¿Nos vemos con Adam en el restaurante? — Sí. Tiene unos hora