Shelly estaba contenta por empezar a vivir con Michael. Le tranquilizaba la idea de que él estaría muy cerca para cuidar de ella y asegurarse de que no le ganara la tristeza. Se acercó a la sala de la señora Lola y tomó su taza de té junto a ellos.
—Así que... Shelly... te quedarás en casa de James... ¿No será eso perjudicial para ti? —preguntó Lolita.
—Si estoy con Michael, y con la pequeña Betty... Yo creo que me irá muy bien... Ellos son la luz de mis días... —declaró Shelly.
—¿Y dónde estará ese muchacho? —dudo Lola.
—Yo creo... —intervino Michael —que va a vivir aparte... Sé que no lo veremos ahí...
—Con su nueva familia —agregó Shelly, bajando la mirada —pero, está bien... Nuestros destinos se ha separado por alguna razón... lo entiendo...
La señora Lola sujetó su taza de té
