El alcalde Mr. Golden era el único soporte para Shelly por ahora. Él la había llevado hasta su mansión, y trataba de consolarla con sus caricias, pero su corazón se rompía al ver que nada podía calmar su tristeza. La alojó en su propia habitación, pero Shelly no decía nada, no se quejaba ni se preguntaba por qué... solo lloraba en silencio.
Pidió que le llevaran comida, postres, té caliente... Pero Shelly seguía en la misma posición, llorando en silencio, ahogadamente y con los ojos cerrados.
—Shelly... me lastima tanto verte así... Te me vas a enfermar... necesitas comer, hablar algo... respirar... —expresaba Ryan a la enmudecida Shelly.
Shelly nunca respondía, ni un segundo dejaba de sollozar en silencio, su cuerpo vibraba una y otra vez, como si su llanto no tuviera fin. Ella solo
