Durante los días siguientes, la felicidad y la paz reinaba en la vida de Shelly. El concurso estaba muy próximo y ella se ocupaba en cumplir cada una de sus obligaciones. Cuando su amiga Patty la vió tan ocupada y atareada, quiso saber lo que la tenía así. ―Amiga, llegas al trabajo y estás escribiendo... Es tu hora de descansar y estás escribiendo... En casa, estás escribiendo el resto del día, o has estado saliendo seguido con Michael... Hace mucho que no nos tomamos un café tú y yo... ¡Tengo mucho que contarte! ¿Qué es lo que te tiene tan ocupada? ―preguntó Patty, mostrando su preocupación. ―Lo siento, Patty... Tienes razón... No he tenido tiempo para ti... Es que hay un concurso en el instituto, y si ganamos, tenemos que tener listos nuestros documentos y seleccionar el equipo que via