Toma mi rostro entre sus manos y clava sus ojos en los míos. —Te prometo que no, sólo estaban intentado rastrear desde donde te llamó, ella tiene mucha influencia, y experiencia en esto, pero la van a encontrar. —Eso espero —suspiro. —Entonces ¿me has perdonado? —pregunta, de hecho ha sido muy paciente en cuanto a eso. —El hecho de que no lo haya dicho aún, no significa que no lo sienta, se supone que eres el principiante en esto y yo no puedo decir te amo por miedo —mis ojos se aguan. —. Miedo a que mi corazón quede herido nuevamente, cuando supe del tiroteo morí por un momento, y tengo más miedo porque quiero que mi bebé tenga a su papá. Mis lágrimas me traicionan, sus ojos le brillan mirándome, esa mirada, esa mirada que te dice: eres mi todo. Limpia mis mejillas con suavida