MAYA Alex tira del freno de mano delante de casa de mi madre. Me quita el cinturón y le miro dudosa. —¿Quieres entrar? —Sabrá que es tan mala idea que no espero que me responda de verdad. Mi madre tampoco es que quiera darle otra oportunidad así que lo mejor es que se quede en el coche. —Te espero aquí —dice. Asiento. Bajo del coche y voy corriendo a por mi maleta de mano. Mi madre está haciendo la cena, huele delicioso cuando me aborda en la entrada. Seguro que ya ha visto a Alex en su coche. Como imagino que va a enfadarse o a hablar mal de Alex, le doy un rápido beso en la mejilla y me dispongo a irme. —Estoy haciendo la cena. —Ya, huele muy bien. —Dile que pase. —Ante el hecho de que igual me hago la tonta o la que no ha escuchado bien, repite—: Que venga a cenar. Tu hermana y