Las cosas entre Fabrizio y Giovanna iban cada vez mejor, pero pude comprobar rápidamente que era verdad lo que Fabrizio me había contado, acerca de que Dante Ricci no podía ni ver a la nueva novia de su hijo, pues así me lo hacía saber cada vez que tenía la oportunidad. Y cuando no la tenía, la inventaba… Dante Ricci - ¡Ustedes deberían volver, Leti por favor, recapacita! Es cierto que ha pasado mucho tiempo pero yo no pierdo las esperanzas de que tú lo hagas y le perdones. Leti - ¿Te escuchas lo que dices? (sonreí irónica y miré a un costado) Dante Ricci - ¡Claro que me escucho! Tú eres la mujer ideal para mi hijo (yo volví a mirarlo seria, esperando que acabara con su monólogo y se diera cuenta de que sus palabras no aportaban en nada a la situación actual ni de su hijo, ni mía)… ¡