Cuando llegué al departamento noté que no estaba solo. Habían unas moletas en el piso en color rosa. Okay, al parecer alguien más está viviendo aquí ahora. Genial, solo eso me faltaba. —¿Hola? —cerré la puerta tras de mi. —¿Quién es? —apareció en mi campo de visión una chica pelirroja, bajita y bastante bonita. —Disculpa, no sabía que este departamento ya estaba habitado —me disculpé. —Oh, ¿eres una de las antiguas dueñas? Es que me dijeron que me podía quedar aquí mientras los antiguos inquilinos volvían. —Descuida, solo será por esta noche —medio sonreí. —Está bien, de todas formas tu cuarto está aquí. Yo me estoy quedando en el del fondo. —sonrió— Soy Cat, pro cierto. —Carolina —le dije—. Bueno, yo me iré a dormir ahora ya que estoy algo cansada. —Está bi