De repente, el tono de llamada de un celular interrumpió su fluida charla. Carter se disculpó y salió al pasillo. Esto fue lo que Megan escuchó desde el salón: —¿Sí? ¿Madison? Dime… ¿Cómo? Pero, ¿está bien? Entiendo… Está bien, ahora mismo voy para allá… ¿Tú estás bien? De acuerdo, tranquila… Llamaré a Chris de camino al hospital… Todo va a salir bien, ¿ok? Llego en unos minutos. No te preocupes por Steve, está en buenas manos… Y en el mismo momento en que colgó la llamada, ya estaba de vuelta en el salón. Tomó rápidamente la chaqueta y las llaves. Megan se levantó del sofá y siguió con mirada expectante los movimientos y expresiones preocupadas del castaño. —¿Qué ha ocurrido? —preguntó finalmente. —El padre de Madison ha tenido un paro cardíaco grave y ahora lo están trasladando des