Raven. Llego a casa y en la entrada se encuentra papá, paso a su lado. Necesito llegar a mi habitación. —¡Raven, cariño! No le hago caso a mamá, subo por las escaleras hasta llegar a mi habitación. Cierro la puerta, me dejó caer sobre la cama, grito y lloro sobre mi almohada. —¡Vampira! ¿Qué pasó, pequeña? —¡Papá, quiero estar sola! —Vampira, sabes que puedes confiar en mí, juro que te escucharé sin opinar. Papá es el mejor, no se merece que lo preocupe. Me levanto y abro la puerta. Me siento al borde de la cama, papá hace lo mismo. —¿Por qué lloras, vampira? —¿No te enojarás, papá? —No, no lo haré, lo juro. —¡Soy una estúpida, papá! Alessandro me envió un mensaje, me dijo que estaba en peligro. Fui de inmediato y estaba con una mujer rubia. —Mi vampira, ¿puedes entende