Alessandro.
Llego a casa por la tarde, Elena me espera en la puerta. Se ve un poco molesta, espero no discutir con ella, es lo último que quiero. No deseo que esté molesta en sus últimos días.
Entro a casa y lo primero que me dice es...
—Vamos a tu oficina, necesito hablar contigo, Alessandro.
Tal como lo suponía, sabía que esto pasaría. Camino detrás de ella sin decir nada. Entramos a mi oficina y ella toma asiento, hago lo mismo y espero a que sea ella la que hable primero.
—Alessandro, ¿qué pasa contigo? Te confío a mi hija y tú la haces llorar, no me quiso decir el motivo, pero espero a que tú me lo digas.
—Elena, si ella no te lo dijo yo tampoco lo haré, solo te diré que no quiero dañar a Alisa, sabes que las quiero, ustedes son mi familia.
—Alessandro, quiero que te cases
