Capítulo 42 Amantes Narra Ana Paula Lozano Escucharlo decir esas palabras, hace que mi piel se erice completamente y un escalofrío recorra mi espalda. Puedo sentir la presión en mi centro, como un hilo de placer que se tensa más y más, como cada vez me humedezco solo con su cercanía. Sus labios se acercan a mi boca y sus manos se deslizan por mis muslos, apretandolos de tal manera que creo que quiere traspasar mi piel. Un bajo gemido se escapa de mi boca y él aprovecha el momento para besarme como siempre lo hace. —Quiero que no te límites —menciona—, que grites y gimas para mí. Me toma de la cintura y me da media vuelta, mi respiración se agita aún más por el movimiento desprevenido, mis manos quedan sobre mí escritorio y siento como sus manos se deslizan por mi torso, hasta