Supongo que estamos teniendo la luna de miel que no pudimos, o quizás nos estamos poniendo al día con las deudas que había entre su cuerpo y el mío, no lo sé. Tan solo sé que terminamos aquí en esta cama amándonos una vez más y dándonos los besos que dejamos reservados para este momento. Su mirada llena de placer se fija en la mía mientras que nos preparamos para lo que está por suceder, y sus piernas se enredan en mi aprisionándome en su cuerpo hasta que un último gemido nos libera a los dos. La vuelvo a besar con mi respiración agitada y ella sonríe triunfal —Cuanto necesitaba sentirte así— Me dice enredando sus dedos en mi cabello. —A mí también me hacías falta, pero no debemos abusar. Que te sientas bien, no quiere decir que ya te has recuperado al completo del trasplante— Le explic