—¿Me dirás lo que me tienes que decir? ¿o nos quedaremos aquí en silencio por mucho tiempo más?— Pregunto cuando estamos ya afuera del edificio. Ella camina hacia una pequeña pared que hay en el edificio de al lado y la cual sirve como masetero para el paisajismo de este, y se sienta en el borde de la muralla. Inmediatamente voy, y me siento a su lado —No sé cómo decírtelo— Explica y la miro. —¿Y para que viniste entonces si no sabes cómo decirme lo que me tienes que decir?— Me quejo. Noelia respira profundo —Cuando te vi el otro día en el restaurante, entendí que el destino hizo que nos cruzáramos de nuevo porque tenemos algo más que resolver— Empieza por decir y no tengo idea de que habla. —Sigo sin entender— Reitero. —Estuve embarazada de ti— Sentencia y mis ojos se abren de par