Entre el sí y el no, me gano el sí y salgo corriendo detrás de ella quien no se detiene —Mar, por favor— Le pido cuando camino descalzo por el pasillo del edificio.
Ella no dice nada y solo levanta su mano como pidiéndome que la deje sola, pero no puedo hacer eso. Inmediatamente, entro al departamento, busco los primeros zapatos que encuentro, me los pongo, y agarro la llave para correr detrás de ella quien ya entra al elevador, pero no llego a entrar ya que las puertas se cierran frente a mí. Molesto conmigo mismo, golpeo la puerta y decido ir por la escalera de emergencia. Bajo corriendo como si esto se tratara de un incendio y de alguna manera lo es, no quiero arruinar lo que Mar y yo tenemos por mi actitud.
Siento mi respiración agitándose cada vez más a medida que bajo un piso más
