ANNA Adam no está nada contento, saca a Bruno al patio y cierra la puerta para que no entre de nuevo, después va con su jefa y le pide disculpas – Te los pagaré – le dice Adam y se sienta a su lado, nani se lleva a los chicos a su habitación y yo me acerco – Son muy caros, Adam – le contesta ella, me paro frente a ellos y la miro – Lo sé, tengo unos iguales, no te preocupes, te los pagaremos – le digo con una diminuta sonrisa en mis labios, ella alza sus ojos grises y me mira, si las miradas mataran, esta mujer ya me hubiera asesinado, así Adam quedaría viudo y la lagartona que tengo enfrente, podría conquistarlo – No es necesario – dice y se levanta, Adam también se levanta – Creo que mejor me voy – dice Deborah, por lo menos ya se va a ir de mi casa está mujer – Deborah lo lamento