Ragnar y Katrina entran al ascensor y ella no puede evitar ponerse nerviosa. Todas aquellas personas la miraban como si fuera un bicho raro cuando entraron, mientras que a Ragnar lo saludaban con mucho respeto. Por suerte, para ella, la caja metálica llega rápido y bajan a un piso igualmente impresionante como todo el edificio. —Buenos días, alfa Ragnar —Octavio se levanta de su silla para recibirlo, apenas la puerta del ascensor se abre. A Katrina le parece gracioso la forma tan recta que él se para en presencia de Ragnar y que no sea capaz de mirarlo a los ojos mientras le habla. —Buenos días, Octavio. Ella es Katrina, va a trabajar con nosotros a partir de hoy. Utilizará el escritorio que te pedí que coloques en mi oficina. Te enviaré un correo especificando cuáles serán sus funcione