*Luna*
En mi interior solo había pánico, y un montón de deseo, no sabía que estaba pasando conmigo, ¿Por qué él me veía así?, “Y que si, si”, ¿A que se refería con eso?,
De pronto, lo tuve frente a frente, a tan solo unos centímetros de mí, él era mucho más alto que yo, así que yo veía hacia arriba, mientras que el veía hacia abajo,
—¿Qué es lo que no entiendes Luna? — me preguntó mientras su aliento cálido golpeaba mi frente haciendo que me pusiera aún más tonta,
—Yo… yo… — retrocedí un paso y sentí que mis mejillas ardían, —Yo no voy a disculparme por un mal entendido suyo —
Andrus resopló y entrecerró los ojos, —Eres tan tonta —
—¿Disculpe?, ¿Yo soy la tonta?, no lo creo señor —
—Deja de llamarme señor, dime Andrus —
¿Qué?, ¿Ahora quería que lo llamara por su nombre?, el tipo estaba loco, muy, muy loco,
—Prefiero ser formal —murmuré,
—Volverás mañana conmigo—
Yo quería saltar de alegría, pero no quería mostrar lo feliz que sus palabras me habían puesto,
—Como usted mande señor —, ¿Por qué no podíamos volver ahora mismo?,
—Luna… —
Cuando de su boca salió mi nombre un escalofrío me recorrió,
—¿Qué harás cuando encuentres a tu pareja? —
Hoy sin duda estaba muy raro, ahora quería hablar de esos temas, —Supongo…que me uniré a él— respondí,
—Eres muy joven— dijo él, pero parecía que se lo decía a sí mismo,
—¿Y eso es malo?—
—Vuelve a tu trabajo, hablaremos mañana — ordenó él, yo solo rodé los ojos y di media vuelta,
Mientras la noche caía yo más deseaba poder volver al clan Neroz, volver con mis amigas, volver a sentirme… querida, lo único que me alegraba era la fiesta anual que el rey organizaba, pues todos los Alfas se juntaban, y esa iba a ser mi oportunidad de buscar a mi pareja,
Se suponía que debía de ser una química instantánea, si, al encontrar a mi pareja yo vería todo de color de rosa y lo sabría en mi corazón, se formaba un vínculo, y luego venía la unión, cuando dos cuerpos se convertían en unos solo para toda la eternidad, de solo pensarlo me sentía acalorada, encontrar mi mate, eso… eso sería algo bueno,
Miré que Andrus sostenía una plática con Kegel,
¿De qué hablaban?, no podía oírlos, Andrus sin duda tenía un muy buen perfil, no importaba de que ángulo lo viera, siempre se vería bien, es que él era así, era… casi perfecto, con sus enormes brazos, su fuerte pecho, su mandíbula marcada, su hermosa cabellera, sus encantadores ojos que inspiraban terror pero que no dejaban de llamar mi atención, y su enorme, enorme…
Sentí un cosquilleo en mi estómago, debía de ser hambre, le ayudé a Jun a preparar la cena, una mezcla de sopa y carne, no era la comida más deliciosa del mundo, pero era algo, me senté en un pequeño banco de madera, quería tomar una ducha caliente, dormir en una cómoda cama con suaves cobijas, comer en una mesa decente y no tener frío todo el tiempo,
Estornudé y sentí un escalofrío en todo mi cuerpo, que los lobos no se resfrían…. Ja, que estupidez, mi overol de la vergüenza estaba mojado y aunque era impermeable, el agua empezaba a entrar y mojar todo a su paso, mis dedos estaban fríos, y simplemente no entendía como es que ellos soportaban estar en aquel lugar, era horrible,
—Toma—
Adir me prestó una chamarra negra, la chamarra de su uniforme, estaba por tomarla y agradecerle cuando alguien me la ganó,
Andrus la tomó y se la regresó a Adir, se veía molesto, ¿Ahora que?, ¿Qué le había echo?,
—Vamos— dijo y me tomo del brazo, me hizo ponerme de pie y me jaló, su mano estaba tan cálida que casi quería restregarla por todo mi cuerpo y poder tener un poco de calor, ¿Cómo es que ser arrastrada me resultaba tan reconfortante?, ese contacto físico era magnífico,
Sus grandes pasos me hacían casi correr, entramos a una de las chozas y cerró la puerta con fuerza,
Yo solo lo miré completamente desconcertada, y el respiró hondo, se sobó la barbilla y alzó el rostro al cielo, —Escúchame Luna, estas distrayendo a todos, entonces…de ahora en adelante serás mi ayudante, te quiero a mi lado las veinticuatro siete, ¿Entendido? —
—¿A su lado?—
—Si, ¿Hay algún problema? —preguntó él mientras acortaba la distancia entre nosotros, yo retrocedí por inercia, y negué con rapidez,
—N-No—
—Bien — dijo él y salió de aquel lugar.
…………..
Luna salió solo unos momentos después y sintió una punzada en la garganta, se sentía débil, le dolía un poco la cabeza y empezaba a tener escalofríos en todo su cuerpo, se sentía mal pero no quería decirle a kegel y quedar mal,
Segúramente se burlarían de ella, así que ni hablar,
—Oye tú, ve por leña, ya se acabó, y la que está aquí está mojada—
Luna miró a Jun y asintió, se puso de pie,
—Yo te ayudo antes de que empiece mi turno de vigilar— dijo Neit,
Ambos caminaron y llegaron hasta una pila de leños secos, Neit tomó unos cuantos y miró a la chica que se estaba poniendo pálida,
—Oye… ¿Te encuentras bien?, te vez pálida—
—Si, si estoy bien —afirmó ella,
De pronto volvieron a hacer sonar aquel cuerno de guerra, lo cual indicaba peligro,
—No de nuevo, que no se cansan… quédate aquí Luna—
Luna asintió y miró como Neit se alejó, se empezó a sentir un poco mareada, no había dormido bien, y tampoco se había alimentado como era debido, se sentó por unos momentos y se sujetó la cabeza,
Escuchó aullidos a lo lejos y pensó que sin duda, estar en aquel lugar era una tortura.
………….
Kegel sostenía de un pie a una pequeña criatura peluda que se retorcía y chillaba de un modo que lastimaba los tímpanos,
—¿Qué cosa es eso? —preguntó Krosvo mientras fruncía el ceño,
—Los humanos los conocen como chaneques— respondió Andrus mientras se acercaba,
—¿Chaneques? —
—¿Qué no son protectores del bosque?—
—Así es, pero mira las marcas en sus brazos — dijo Andrus,
—¿Qué significa? —preguntó Adir, mientras miraba las marcas y símbolos extraños,
—Es un esclavo —
—¿Esclavo de que? —
—Brujas —respondió Andrus no muy feliz.
…………..
Mientras tanto Luna empezó a sentirse más incómoda, sentía que alguien la veía y no le gustaba esa sensación, decidió regresar pero de pronto escucho un susurro a lo lejos,
—Luna… —
Ella se giró con rapidez y no miró nada ni a nadie, pensó que tal vez ya se estaba volviendo loca, no le dio más importancia y continuó su camino,
—Luna… —
Ella volteó de nuevo y respiró con fuerza,
—¡Hola!, ¿Hay alguien ahí?, vamos tu broma no es divertida… —.
…………..
—¿Dónde está Luna? —preguntó Andrus mientras se quitaba la chamarra negra que lo cubría de aquella brisa incesante,
—Le dije que esperara en donde almacenamos la leña — respondió Neit,
—Iré por ella, Kegel, Krosvo busquen en el lado oeste, no puede estar lejos, y no se fíen de ella, las brujas son engañosas, pero no pueden ocultar su olor—
—¿Qué hacemos con este? —Preguntó Neit mientras sujetaba a ese pequeño ser que no dejaba de gruñir y de moverse,
—Déjalo ir, es inofensivo — respondió Andrus, —Todos los demás cuiden la entrada.
—¡Si señor! —
…………
Luna miró a su alrededor, pero de nuevo no podía ver a nadie,
—¡Luna! —
La pobre chica cayó al suelo por la impresión, delante de ella se había aparecido una mujer, de ojos blanquecinos y de piel en evidente putrefacción, su corazón se había disparado al límite, ¿Qué era esa cosa?, parecía una persona , pero de un modo extraño, deforme, aterradora,
—Pero mira, mira, en el bosque me encontré una loba… sola—
—¿Quién eres? —se atrevió a preguntar la chica con evidente temor,
—Tú no hueles como los otros lobos, no—dijo aquella mujer y respiró con fuerza, —Tú apestas a humana—
Luna no entendía de que hablaba esa mujer, o criatura,
Aquella mujer se aventó a sus pies y tomó una de sus manos, Luna quería alejarse y gritar, pero su cuerpo se quedó petrificado, una larga lengua salió de la boca de aquella mujer y un olor fétido invadió la nariz de Luna,
Tuvo mucho asco cuando sintió la lengua sobre su palma, y cerró los ojos con fuerza,
—Ya veo…tienes un hechizo, eres una híbrida—
¿Hechizo?, Luna abrió los ojos y se cayó al suelo, de pronto su cuerpo pesaba sin control, solo su mente funcionaba, pero su cuerpo se negaba a responderle, escuchaba a aquella mujer decir algo en un idioma que ella no comprendía y cuando sentía que sus ojos se iban a cerrar por completo, pudo ver a ese hermoso lobo, de pelaje marrón con blanco de ojos brillantes y de blancos y filosos dientes, sus ojos se cerraron y todo se puso oscuro.