[YAZID] —¡Yazid, ábreme!— Le escucho gritar a Felipe del otro lado de la puerta de mi habitación en casa de mis padres. No puedo, no tengo la cara para verlo y explicarle como fueron las cosas. —No seas inmaduro y ábreme.— Insiste y sé que esta en lo cierto. Estiro mi brazo para llegar a la llave de la puerta, y le abro. —Tú no debías saberlo. — Es lo único que digo mientras me pongo de pie. Camino hasta el escritorio que tengo en esta habitación, me siento en la silla del escritorio y lo miro sentarse en el borde de la cama. —¿Por qué? ¿Por qué me moriré? — Me pregunta haciendo que mi corazón se estruje de dolor. —No, porque simplemente entre ella y yo no queda nada. — Miento. —No pareciera. Mírate. Además, las fotos que he visto son bastante recientes... ¿hace cuánto lo dejaron?