Mi esposo está en problemas, y tengo que ayudarlo. El que su esposa pertenezca a la mafia no es un impedimento. Llamo a mi gente, y los localizo para una posible masacre. Cuando mi camioneta se estaciona en el lugar que me ha citado, yo ya estoy preparada para varias muertes inminentes. —Se que no ha venido sola. —Tú tampoco. —La cabeza de tu esposo está en juego ¿vas a firmar? Sacudo la cabeza. —No vine a firmar ningún documento que ceda los derechos de nuestro territorio. Estas muy equivocado si crees que he venido a denigrarme de esa forma, idiota. Su mandíbula se endurece. Un arma detrás de su espalda es puesta en mi visión y apunta a la cabeza de mi esposo. Joder. Mi corazón late deprisa, pero no hago nada. No puedo hacer que cambie nuestros planes. Tan solo un movimiento no