[SANTIAGO] Si bien mi familia ha aceptado nuestro casamiento de la mejor manera, y que al menos eso ha hecho que todo fuera un poco más ameno, sé que ella está triste. Observo la manera en la cual ha entrado a la casa, como sus ojos se han cristalizado, y el silencio que ha habido durante todo el camino a casa. Deja su bolso en la sala y camina hacia la habitación sin decirme nada. No puedo verla así, solo quiero que sea feliz, pero no sé qué hacer para animarla. —Cariño...— Es lo único que puedo decir al entrar a la habitación y verla acostada boca abajo sobre la cama con su rostro apoyado sobre sus brazos. —¿Por qué tiene que ser así? ¿Por qué ni si quiera mi madre ni mi hermano me han apoyado?— Me pregunta entre sollozos. —¿Por qué no pueden ser como tu familia?— Continua. Me subo