[JAZMÍN] Sus labios se apoderan de los míos y yo simplemente no tengo fuerza de voluntad para separarme de ellos, sino que, todo lo contrario, solo puedo responder a su beso y de esta manera mi cuerpo aclama por sus manos —Santiago, amor... por favor...—Le suplico entre beso y beso —Puede entrar León o cualquiera.— Le intento explicar. —¿León? ¿El tipo que me recibió?— Pregunta y deja de besarme por un instante. —Si, el mismo. Si quieres seguimos esto hoy a la noche en alguna de nuestras casas.— Le digo sonriente y bastante agitada. —¿No crees que como la hija del dueño puedas cerrar la puerta con llave?— Pregunta y luego vuelve a besarme. —Llevo tan solo cuatro días trabajando aquí— Le explico mientras nos separó. —Te amo— Susurra y parece no entender. —¡Santiago por favor!— Le gri