[SANTIAGO] Tengo a la ahora mi esposa, sentada enfrente de mi mientras cenamos con una vista increíble en una mesa para los dos solos en medio de la playa. Las antorchas son nuestra única luz aparte de la luz del sol ocultándose en el horizonte, quien se va encontrando de a poco con la luna. La observo sonreír y esto es lo que quería, que ella fuera feliz conmigo. —No tienes una idea lo hermoso que se siente saber que soy parte de esa sonrisa.— Le comento y levanto mi copa para que brindemos nuevamente. Ella choca su copa con la mía, y luego me regala otra de esas preciosas sonrisas —Mis mejores sonrisas, siempre han sido por ti.— Me confiesa haciendo que yo muera de amor. —Y mis apneas siempre las has provocado tú.— Le respondo más feliz que nunca. —Señora Suarez, ahora sí que nada ni