○○◘◘••♥♥♥••◘◘○○ Me apoyo contra la puerta de entrada del apartamento y me dejo caer con lentitud hasta que quedo sentada en el piso. Mis ojos se cargan de lágrimas que se resisten a salir y alcanzo a ver borroso a Romina que está parada frente a mí. Siento algo húmedo que hace contraste con el frío de la noche y me doy cuenta de que las lágrimas que no quería dejar salir ya no siguen las órdenes que les daba mi cerebro. «¿Qué fue todo lo que había sucedido?», me preguntaba en un estado de confusión, repasando segundo a segundo en mi cabeza, lo que había ocurrido. Y también quería entender la razón por la que me encontraba llorando desconsoladamente, aunque era un llanto silencioso. No lloraba por Mason, eso lo tenía más que claro, porque el solo hecho de pensar que ya no es