Mientras seguía en los brazos de Kayler Brown reaccioné y me levanté de su lado. Ahora la música había terminado y los presentes se me quedaban viendo, incluida Anne que no sabía qué hacer ni qué decir. Casi corrí hacia la puerta que daba a los camerinos y me adentré al pasillo. Estando lejos de los ojos de todos esos hombres pude respirar tranquila. —¿Carolina? —escucho a Anne detrás de mi— Aquí estás, me diste un buen susto allá afuera. Me llevé una mano al pecho y me tranquilicé. Volví a sentir a Kayler, su calor, su olor. —Carolina, te estoy hablando —Anne hace puchero mientras se zafa la peluca. —Ponte la peluca —le digo, ayudándola a ponérsela de nuevo. —¿Por que? Si ya nos vamos —se queja, pero al final se la pongo de nuevo. —Lo sé pero no quiero que alguien venga de repe