Marina al ver a su hermana tan abatida, la rodeó con sus brazos y le dio unas palmaditas en la espalda. — No importa la decisión que tomes, yo te apoyare, solo piensalo muy bien, no tomes ninguna decisión precipitada. Se que en estos momentos estas molesta con tu esposo, pero piensa que ese bebé en tu vientre no tiene la culpa de nada. — Lo sé. Adara se quedó encerrada en su habitación dos días, al tercer día Sila fue a verla. Entró en la habitación sin previo avisó ya que sabía que no le permitiría la entrada. — ¿Qué haces aquí?, no quiero verte. — Te ves fatal, las sirvientas dicen que apenas tocas tus comidas. — Estoy bien, déjame sola. — ¿Piensas seguir ignorándome solo por qué no pienso igual que tú? — Solo no quiero verte en estos momentos, quiero estar sola. — Papá está pre

