Liam estaba furioso y a la vez dolido, él había confiado en Adara y ella lo había traicionado, él sabía que ella intentaría escapar más de una vez, pero nunca se imaginó que lo lograría, que se iría sin mirar atrás. Los dos se habían llevado bien, desde que ella había aceptado el compromiso, por eso había bajado la guardia. Y por un momento, Liam pensó que sus sentimientos serían aceptados; que el muro que los separaba había empezado a derrumbarse, pero se había equivocado. Todo había sido una actuación por parte de Adara, ella seguía lo seguía odiando al igual que el primer día, nada había cambiado. Cuando iban de regreso a la capital real. Se encontraron a Yael en el camino. Sila detuvo su caballo y se apresuró a bajarse para socorrerlo. Liam estaba furioso con ella y con Yael