Sila estaba durmiendo en la habitación de una posada, en la cual se había detenido a descansar, cuando a media noche sintió que alguien entraba en su habitación. Ella escuchó como la puerta de su balcón se abría, pero aun asi no se movió, ella se quedo quieta en su cama, fingiendo que aun dormía. Si era un ladrón o un asesino, ella lo atraparía, y para hacerlo lo mejor era dejar que se acercara. Cuando estuvo lo suficientemente cerca, Sila estiro su mano, tirándolo a la cama y colocó una daga en su cuello. Terran al sentir el frío del metal en su cuello le dijo. _ Sila, ¡soy Terran!, no me mates. Sila reconoció su voz, ella encendió una luz, ella no entendía qué estaba haciendo Terran ahi, asi que restregó los ojos preguntándose si su vista le estaba fallando, pero por mas que lo

