Liam se alegró al escuchar las palabras de Adara, pero sabía que ella no se estaba quedando con él porque tuviera sentimientos hacía él, eso le dolía. Y se preguntó si ella llegaría a amarlo algún día. Sila era la última que quedaba para dar sus felicitaciones a los recién casados, ella se acercó a Adara, le dio un abrazo y le dijo al oído. _ Si algún día necesitas mi ayuda, solo tienes que pedirla. _ Lo sé. Al separarse de su hermana Sila miró al rey Liam y le dijo. _ No lastimes a mi hermana. _ No lo haré, le hecho la promesa de que la cuidaría y protegería todos los días de mi vida, en el altar. _ Solo quiero advertirle, que no me quedaré quieta si la lastima. _ No lo dudo. Sila se apartó y se dirigió a donde estaban la mesa donde estaban las bebidas, ella tomó una copa y la to