Me quedo mirando por un largo rato la ventana sin saber que pensar o decir, me sentía por alguna extraña razón abrumada por mis pensamientos, no me gustaba mucho la idea de ser la otra, Lysandro y yo nunca hablamos de tener exclusividad ni mucho menos firmamos un contrato o… tengo un collar en el cuello.
Sin darme cuenta llevo mi mano hacia mi cuello… ¿Qué teníamos Lysandro y yo? ¿Por qué hasta ahora me estaba preguntando esas cosas? Me estaba empezando a sentir como una tonta adolescente hormonal, la cual no era una idea muy agradable para mí, yo solo quería tener sexo sin compromiso… no me sentía preparada para una relación.
En ese momento escucho como abren la puerta y cuando volteo a ver… es él.
—Hola muñeca, Marie me dejo pasar… ¿Cómo estás? —me pregunta caminando hacía
