El olor a humedad hace que vuelva en mí, tengo muchísimo dolor, ni siquiera puedo describir el inmenso dolor que siento.
Mis ojos me pican, siento muchísimas ganas de llorar, siento algo frío en mi piel lo que me hace abrir los ojos asustada.
—¿Ya despertaste? —me habla Luisa, la nueva esposa de Giovanni ella se encontraba frente a mí con un trapo mojado—, ¿Te sientes bien? Le dije a Giovanni que tenías que ir médico, pero ya sabes cómo es… —ella se encogió de hombros.
—¿Qué yo sé cómo es? —hablo con la poca voz que tengo, sintiendo como solo respirar me resultaba doloroso—, ¡Claro que sí! ¡Un psicópata! Mi pesadilla.
—Agradece que él no se encuentra aquí, sería capaz de esta vez matarte… Giovanni me pidió que te ayudara a dar un baño, fue a comprar insumos al supermercado.
—Espera
