—A ver si entiendo ¿Estas renunciando? —La sorpresa en el rostro de Mark Scott es evidente —No. Solo quiero un poco de tiempo para sacar adelante mi nuevo negocio —Voy a dejar a mi esposa sin uno de sus hijos, porque me voy a cargar a Derek —Gruñe —Derek no tiene nada que ver con mi decisión —¿No hay manera de que cambies de opinión? —Se reclina en su silla de la oficina y acomoda su corbata negra que descansa sobre su impoluta camisa blanca —Ya tomé una decisión? —Respondo? — Quiero hacer esto. Te agradezco la oportunidad que me diste para crecer en tu empresa, pero es momento de seguir adelante Asiente de mala gana, pero una extraña sonrisa tira de sus labios —Si es lo que quieres hacer, entonces hazlo. Para ser honesto, me gustó mucho el resultado en la casa de Derek