5. Los brazos de mamá

1725 Palabras
Thiago acompañó a las chicas camino a casa de Emma, tardaron poco menos de una hora; durante todo el camino no se pronunció mucho sobre los recientes hechos, sobre todo acerca de Isabelle. Era evidente para Emma que la hermana de Thiago no le era agradable, no entendía porque, sin embargo, entre tantas cosas que le estaban sucediendo, no quería pensar en otra cosa más con la que lidiar. Una vez llegaron a casa, Emma pudo ver a su madre desde la ventana, la señora Swan tenía el rostro preocupado, casi palido. Emma tragó en seco, solo estaban sus padres en casa, eso le dio valor para tocar el timbre de su casa. Enseguida escuchó unos pasos acercarse, eran los de su padre, ella podía reconocerlos con facilidad. Cuando la puerta se abrió, hubo tantos sentimientos mostrados en el rostro de su padre, tantos que ella no estaba segura si iba a ser regañada o algo peor. Su madre al darse cuenta de que se trataba de Emma, corrió hasta ella y la abrazó. Emma sintió alivio, había sentido pesado todos esos dos largos días, desde el momento en que descubrió la verdad. La realidad es que Emma no tuvo tiempo suficiente para absorber y procesar toda esta nueva información, solo tuvo que acostumbrarse a ella. Pero, ahora que se encontraba en los brazos de su mamá, los sentimientos reales de Emma salieron a flote, y comenzó a llorar a mares. La rubia tenía miedo de todo lo que sabía, y lo que creía le faltaba saber. — Ya estás en casa. — Murmuró a sus oídos. — Ya estás en casa. — Su madre miró por los hombros de Emma, al nuevo personaje. — ¿Quién es él? — Volvió a hablar. Emma se deshizo del abrazo. — Es Thiago, fue quien me salvó. — Hizo breve la presentación. Su mamá la miró con mucha confusión. — Mejor entremos a casa, te explicaré todo. — Miró a Thiago y luego a su mamá. — ¿Mami, lo invitas a pasar? — Thiago rio, por su proactividad, él no le había dicho que necesitaba permiso de los propietarios aunque así era. — ¿Eh? — Volvió a mirar a su madre. — Si es quien te ha ayudado a volver a casa, es más que invitado. Paola no se sentía muy cómoda con afirmación, no estaba en desacuerdo con que al momento Thiago se mostraba impecable, pero tenía sus dudas. No podría siquiera justificarlas, era una especie de presentimiento que la molestaba, sobre todo al recordar las palabras hostiles de su hermana. Cuando ingresaron, la mamá de Emma con los ojos llorosos por la emoción, se limpió el resto de lágrimas y procedió a traer té de la cocina para sus invitados. Los puso en la mesa, abrazó a Paola con un ¨Gracias, hija¨, y volvió con su esposo. Estaban ahora todos muy bien colocados en los asientos del sofá. — Bueno, Emma. — Comenzó su madre. — Cuéntanos que pasó, si no llegabas en unas horas más, las ruegos de Jake para impedir poner la denuncia no hubieran sido suficientes. — Emma se acomodo en el sofá, se sentía por demás incomoda. ¿Qué podría decir y qué no? Evidentemente no iba a meter a sus padres en ese mundo, esto estaba clarísimo, aún así, no sabía que tanto podía contar sin ponerlos en peligro. — Hija, dinos qué sucedió. — Cariño, Emma debe estar cansada. — Intervino, su padre. — ¿Por qué no la dejamos descansar un poco? — Emma negó llenándose de valor, era ahora o era nunca. — He permanecido en reposo por más tiempo de lo que puedes imaginar, papi. — Le sonrió. — Estoy bien ahora. — ¿Qué quieres decir? — Preguntó su madre. — Voy a resumir lo sucedido, pero primero quiero pedirles perdón por hacerles pasar por esta preocupación. — Sus padres negaron, Emma lo tomó con agrado. — Todo sucedió de camino a la casa de los Lautners, — Otra vez ellos, pensó. — Pool y yo tuvimos un accidente. — ¿Un accidente? — Su madre estaba mortificada, más de lo que expresaba, revisandola con la mirada. — Un animal del bosque nos bloqueó el camino, el auto dio una vuelta de campana pero, afortunadamente, se detuvo sin cruzar al abismo. — Todos, incluyendo Paola, estuvieron al tanto, expectantes. — Yo pude salir con mis propias fuerzas, logré, de alguna manera salir... Realmente, no sé cómo. — Pensó en voz alta. — La adrenalina ayuda en momentos así. — Trato de darle sentido, Thiago. Paola solo miró como analizandolo. — Perdí mi celular, no sabía qué hacer... Fue horrible... — Emma respiró fuerte para evitar llorar. — Vi un enorme lobo frente a mí, por unos segundos, creí que iba a atacarme. — Lo cual era cierto. — En ese momento, creí que lo mejor era correr lejos, así el bosque. No recuerdo cuanto me interné, recuerdó haberme caído sobre una roca... Creo... Algo duro que hizo que perdiese la consciencia. — Su madre se tapó la boca. — No sé en qué momento, Thiago me encontró y me llevó con él, cuando desperté ya no tenía muchas heridas, detuvo la hemorragia. — ¿La llevaste a un hospital? — Quiso saber su padre, para entender mejor. — No me gustan los hospital, digamos que traje un doctor que se ocupo de todo. — Isabelle. — Eso es lo de menos. — Obvio a su esposo. — Lo importante es que te salvo la vida... Sí no hubiera sido por él, estaríamos ahora... — La señora Swan no pude evitar llorar tan solo con imaginar la situación. — ¡Gracias, Thiago! Has sido un ángel de la guardia. — Le dijo tomandolo de las manos. — Eso es lo que pensé exactamente. — Rio vagamenete, Emma. Quería decirle a sus padres, que había sido él quien la había salvado de niña, pero no quería complicar la situación. — Ha sido mi salvador. — ¿Y qué pasó con Lautner? — Quiso saber su padre, otra vez, para entender mejor. — No recuerdo muy bien... — Murmuró, Emma, algo nerviosa. — Antes de correr hacía el bosque, lo vi de pie... Se estaba comunicando con los suyos... — Lo último fue un pensamiento. No debió decir nada. — ¿Si estaba comunicándose con su familia, por qué corriste al bosque? — Dudó, algo perdido. — No lo sé, papá... Tal vez porque esa cosa me causó tanto terror, no lo sé. — Trató de explicarse. — Pero, seguro que Pool está sano y salvo. — Recompuso. — Eso no fue lo que dijo Jake. — Murmuró, su padre. Emma no entendió, no era posible que un ser sobrenatural estuviese enfermo, de acuerdo a todo lo que había aprendido, cualquiera que fuese la especie, mientras perteneciese a la especie sobrenatural no podrían conseguir un estado grave, no con un accidente automovilistico. Eso para nada tenía sentido. Poco después de esto, llegó Jake. Él que ultimamente traía las malas noticias. Abrazó a Emma lleno de felicidad, la miró y la volvió a abrazar. — Es bueno saber que estás con vida. — Emma no sabía como reaccionar a sus palabras, él era un brujo, él sabía de todo esto y nunca le dijo nada. Quería creer que sostenía una buena y excusable razón. — Te extrañé demasiado, rubia. — Yo también. — Dijo luego de suspirar con resignación, después de todo era su mejor amigo. — Tenemos que hablar. — Le recordó. — Lo sé, pero ahora hay algo que debes hacer. — Emma tomó distancia, ese tono en su voz la alertó, esto no le iba a gustar. — Pool está en el hospital. Luego de haber soltado tremenda noticia, no se podría esperar menos de la reacción que tuvieron todos, todos salvo Emma, nadie pudo entender exactamente que estaba pasando pero la postura que había tomado, ni siquiera estaba preocupada... Podríamos decir tal vez, un poco asombrada por el pequeño gesto que dejó escapar, pero fuera de eso parecía que no era un asunto que fuese de su importancia. — ¡Pero, ¿Qué pasó?! — Quiso saber el señor Swan, era el que más preocupado parecía estar, realmente le tenía mucho cariño. Su esposa al lado, también parecía estar alarmada con la noticia, pero la actitud de su hija la descolocaba, comenzó a creer que había algo más. — ¿Fue el accidente? Debe ser por eso que no pudo contactarse con nosotros antes. — Se refería a la desaparición de Emma. — Él tuvo más que un ligero golpe como creímos al inicio, lo notamos cuando ya era demasiado tarde, ahora esta en una condición muy grave. — Jake miró a Emma. — Te necesita, ven — la tomó de la mano— vamos— Emma se soltó, Jake la miró extrañado. — Emma... — Ella negó, quería llorar de la rabia, pero no lo demostró. — No iré. — Aunque no lo dijeran a viva voz todos intuían lo que sucedía, todos menos su papá. Emma miró al resto. — Solo diré esto una vez y voy a pedir que guarden sus preguntas para después. — Suspiro fuerte. — Pool y yo ya no estamos, lo hemos dejado, él no es bienvenido en esta casa. — Su padre se enojó por esa postura tan radical, pero confiaba que la hija que habían criado no actuaría desalmadamente por un capricho, entonces prefirió mantener silencio. Emma miró a su amigo. — Ya dejaste claro tus prioridades. — ¿Qué? — Emma quiso mantener la calma, pero ante tanta desconsideración de parte de Jake, no saber qué estaba haciendo, la hizo querer desquitarse. — ¿Estuviste con él todo este tiempo? — Jake no pudo negarlo. — ¿No es asÍ?— Continuó. — Mis padres me estuvieron buscando, Paola se metió a un bosque enorme por encontrarme. Tú sabes que él no se va a morir. — Eso es lo que ella creía, los seres sobrenaturales no mueren, pensó. — ¿Sabes quién si pudo morir? ¿Quién estuvo inconsciente? Yo. Jake no pudo replicar a eso. Emma se despidió fugazmente de sus invitados y se metió a su cuarto, con una velocidad que ni ella misma sabía tenía.
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