Capítulo #6 Te encerraré si...

3080 Palabras
Patricia. Entra y se sienta a mi lado sobre el sofá. —¿Cuando volveremos a casa?— pregunto, sin mirarlo. Suspira y pasa su palma por su pierna. —La están remodelando. —¿Y que pasa con los niños? ¿eh?— giro y lo miro a los ojos. —Yo me encargaré. Me paro del sofá molesta. —Y ¿que le dirás?, hablarás con el director del instituto y le darás dinero, lo soborna ras ¿verdad? Es lo único que puedes hacer —grito explotando, ya no soporto esto pero poco le importa. Él me da una mirada irónica y a la vez sarcástica como diciéndome no sabes lo que dices. —No te preocupes yo me encargaré de la educación de mis hijos, además de que son los únicos que me quedan soy su madre. Mis ojos se cristalizan, él se queda callado con la cabeza agachada y sus manos en en ella. —¿No dirás nada?—pregunto sarcástica pero no me responde —. No, no lo harás porque nisiquiera te importa. —¿¡Que quieres que diga maldita sea Patricia!?—grita parándose —. Hablo es pecado, callo también es pecado, ¡¿cual es tú puto problema?! Cada bello de mi piel se eriza por su reacción, me asusta lo admito pero eso no es lo importante sino que duelen, ¿como que cual es mi problema?acaso es ciego o ¿que? Creo que era lo que faltaba para que mis lágrimas cayeran, aveces me pregunto ¿que hago con él?¿porque sigo con él? Bueno dicen que el amor es masoquismo. —Me cuesta creer que lo preguntes —Lo miro mal — ¡tú que crees Jhon ¿eh?, no soy lo que tú eres como para quedarme tranquila y que me de igual todo! Aún así el padre de mis hijos lo es. —El padre de tus hijos ¿eh?—Me dice irónico. Y se a que se refiere pero me da igual, tal vez hubiera sido mejor nunca ser su esposa pero que puedo decir si aún así lo amo. —Se acabó Jhon, cuenta con tus hijos y trata de no perderlos paso a paso — aparto la vista y camino hacia delante para ir a las escaleras pero él me detiene del brazo bruscamente. Giro bruscamente y lo miro a los ojos de la misma manera de hace cinco segundos. —Lo siento...lo lamento Patricia, por favor es...— trata de disculparse pero nisiquiera sabe que decir. —Ya no hay un puto problema Jhon, ahora suelta me —Jalo mi brazo pero él no me permite zafar me. —Tuve un mal día, lo lamento mi Reina por favor lo siento, no te molestes otra vez —suplica. —Suéltame Jhon, dejad de lastimarme quieres, te he dicho que me sueltes ¡maldita sea!—grito jalando mi brazo pero él se mantiene firme con el agarre. —Te lo suplico mi amor, por favor esto no, tú no, ya tengo bastantes problemas como para no tenerte a ti —Sus ojos se clavan en los míos con tristeza pero yo sigo siendo la dolida aquí. —Yo también tuve un mal día y ¿que?, acaso me la desquite contigo aunque se tratase de ti ¿lo hice?, no, ¡déjame¡ ¡ya estoy harta!— grito. —No, no lo haré, tal vez los demás problemas no me importen pero tú eres la excepción, mi peor problema porque todo lo demás no funciona si estoy así contigo — escanea mis ojos con rapidez y antes de poder gritarle algo, toma mi rostro con ambas manos y me besa, titubeo pero él me sostiene de la cintura y me pega de la pared sin dejar de devorar mis labios, trato de cortar el beso pero él no me lo permite estrangulando me con su lengua. —Jhon, basta —Susurro agitada. Coloca sus manos en cada lado de mí en la pared dejándome sin escape y baja sus besos a mi cuello. —Jhon estoy molesta y no es buen momento para hacer esto —digo entre jadeos por sus besos que bajan a mis senos. Sólo llevo un pequeño vestido de dormir de tiros y corto. —Nunca es mal momento para esto —Me susurra igual de agitado. — «Lo siento, estoy tratando de averiguar algunas cosas y tengo cosas muy importantes que hacer.» Jhon. Me doy un baño, elijo un vestido n***o con un cierre en la espalda, me queda sobre los muslos con mangas, tiene un abierto en medio que deja ver poco de mis senos. Me hago una cola de cabello, elijo unos pendientes largos de perlas, me maquillo un poquito y bajo. —¡Oh Lupe ya estás aquí!— exclamo sorprendida. —Sí señora —Me sonríe amablemente. —Mira, no dejes que los niños suban la otra planta y menos a ala azotea, quiero que vigiles mucho a Ana sabes que es pequeña y es peligroso —Le explico mientras me acerco. —Lo sé señora, ya hemos venido aquí —Me recuerda. —Lo sé, es que voy a salir — Le sonrío y regreso a la recámara. Tomo mi computadora y busco profesores que dan clases en el hogar, le escribo al primero que contacto y nos citamos. Busco más información ya que el primer profesor queda para Ana pero falta Jhonny quien pronto estará en secundaria. Tomo mi cartera y bajo de prisa, mis tacos de cristal resuenan, busco en mi cartera mis lentes de sol y gracias a Dios están ahí, me lo coloco y salgo por la parte trasera. El pequeño bosque no es peligroso, sólo es un poco de yerba y ya llegas a la carretera pero hay que caminar un buen poco para poder tomar un taxi. Al llegar al restaurante visualizo el lugar por unos minutos hasta que un hombre me habla. —Señora Hye. Giro para observarlo, es alto, pelo castaño, piel muy clara, ojos de un color extraño como un oscuro marrón que desde lejos pareciera chocolate. —Prefiero Patricia —Le estrecho mi mano el cual acepta. —Jeison Lemam, ¿porque?— Me pregunta con una sonrisa digamos coqueta. —Bueno, pienso que quienes me llaman así conocen a mi esposo y eso no es bueno — Le devuelvo la sonrisa de la misma manera. —Descuide, soy sólo un profesor —Me asegura. — No parece —Lo miro de arriba hasta abajo. —Lo tomaré como un alago —Camina hacia una mesa, lo sigo y nos sentamos. —Me preguntaba si da dos tandas, clases a una niña de nueve y uno de doce que está a punto de entrar a la secundaria —Juego con mi dedo sobre la mesa. —Doble pago —Me aclara. —Ése no será ningún problema, sólo diga me el precio de su trabajo —Le digo muy seriamente. —Está bien. —Ahora quiero su documento y datos de maestro, luego de eso lo llamaré. Él arquea una ceja en confusión. —¿Me va a investigar? Dejo mi codo sobre la mesa y lo miro atenta. —¿Algún problema? Él se tensa un poco y arregla su corbata —No, claro que no —farfulla. — No soy policía menos detective, sólo una madre que quiere un profesor para sus hijos —aclaro. —Y no se arrepentirá — asegura. —Eso espero porque...por mis hijos soy capaz de cualquier cosa espero y no sea un psicópata —arqueo una ceja con una mano bajo mi barbilla. —Podemos conocernos si lo desea —propone interesado. —Me parece bien —asiento sonriendo. Jhon. Paso y que paso fotos pero no reconozco a ninguno, bufo y las arrojo hacia la puerta mientras toco mi cabeza frustrado. —Jhon —oigo unos toques en la puerta. —¡Ahora no zack!—exclamo molesto. —Se trata de su esposa. Eso me llama atención hasta el punto de dejarme con un mar de preguntas de que hizo esa mujer ahora. —Entra —ordeno y giro sobre mi asiento. —Su esposa tiene un hermano, algún primo o ¿que?—pregunta frunciendo el ceño. —Toda su familia vive en Boston —arqueo una ceja confundido —¿por qué?— pregunto igual de confundido. Él deja unas imágenes sobre mi escritorio y las observo sorprendido. —¿¡Quien es!?—pregunto furioso. —No lo sé —Se encoje de hombros. —Encargate que saldré —Me paro de mi asiento pero él me detiene. —¿Por qué no trata de hablar con su esposa?—Me detiene del brazo —. Si no consigue nada esperemos a la próxima cita no actúe como idiota para que pierda un punto más de estar cerca de su esposa. —Zack dime que haré yo sin esa mujer y si ese hombre la está enamorando —Señalo la puerta frustrado, ahora mismo no sé que pensar. —Eso lo averiguáremos, tranquilo. Me siento y trato de calmarme porque sino Enloqueceré y tal vez hasta golpee a mi mano derecha. —¿No tenemos nada?— pregunto dejando a un lado él tema. —Todavía no, pero prepare se para lo que sea —advierte sin expresión. —Es estúpido lo que está pasando, Zack —Toco mi barbilla pensando. Él niega con la cabeza. —No, no lo es, no es extraño que alguien quiera su lugar además puede que quieran dinero aunque creo que es algo más valioso de usted — me señala —. Como para hacerlo sufrir —añade. —Voy a perder la cordura y mataré sin pensar. [...] Entro a casa y la veo sobre el sofá sentada como indio con la computadora sobre ella y haciendo no sé que pero tiene unos documentos al lado. —Buenas noches —digo sentándome a su lado pero ella no me contesta, ahí vamos, ésta vez que hice o de que se enteró. —Que raro —comenta sin dejar de teclear la computadora. —¿Qué?—pregunto. Menea la cabeza y gira a verme —No, nada, has llegado temprano los niños están en el quinto sueño — gira su rostro y sigue en lo que hacía. Paso mi mano por mi rostro bufando —Te dejé una nota —reclamo. —¿Y?— Ni siquiera me mira —averiguar algo toma doce horas —ríe histérica mente. —Estoy tratando de arreglar el porque estamos aquí ¿de acuerdo?, si te molesta haz lo tú a ver — digo sarcástico. —No te preocupes por mí, me da igual, has lo que quieras —Toma el folio y mira los papeles por un momento luego la computadora como si estuviera comparando algo. —¿Dónde estabas hoy?—Le pregunto al ver que no se limita a nada. Bufa y deja él folio a un lado —Salí ¿Por qué? —Pensé que había prohibido la salida —La miro atento. —Soy tu esposa pero no tú hija, así que comienza por ubicarte, además creí que anoche te lo había dejado claro pero como a ti no te importa nada —Alza los hombros y mira la computadora. —Quieres mirarme cuando te hablo —digo con molestia. —No vez que estoy ocupada, lo bueno es que no toma doce horas —ríe. —¿Con quién saliste?— pregunto. —No te importa. Saco las fotos de el bolsillo de mi camisa y las dejo sobre su computadora. —¿Y qué me dices de esto? hay algo que deba saber —La miro esperando respuesta. Toma las fotos los observa por un minuto y ríe un poco bajo. —No es para nada raro —gira la cabeza y me mira al fin —. Yo creí que confiabas en tú esposa —añade. —Patricia, no se trata de eso —aclaro. No me deja continuar y me lanza las fotos encima — ¿¡Y de que se trata!? ¿eh?de que me sigues porque no confías en mí o de que te engaño. Ok, ya explotó justo lo que estabas buscando Jhon, lo encontraste, zack tenía razón pero como siempre mis celos se adelantan y lo dañan todo. —No es eso, sabes que mis hombres están para eso porque..— Me interrumpe. —Dejas de seguirme o terminaré tomando mi libertad por mí sola, trataré de que tus actos y palabras no me duelan porque no vale la pena —Toma él folio y cierra la computadora cosa que me avisa que se irá por ende la detengo. —No hemos termido — reclamo. —¿Acaso cuando llegas a casa te pregunto donde estabas? ¿eh?, sólo te pregunto porque tan tarde porque confío en ti y si te veo con alguien espero que me digas —Se para con sus cosas en manos. —¿Por qué estás actuando así y ahora?—frunso mi ceño. —Dejad tus malditos celos porque no te lucen para como estamos, si me interesará otro maldito hombre en el mundo no seguiría aguantando té idiota —Camina hacia las escaleras. —No vuelvas a salir, no me des otro problema el cual resolver —ordeno. —Sí señor, por cierto dile a zack que lo necesito es importante —Desaparece entre las escaleras y quedo más que frustrado, estoy confundido, enojado y triste a la vez. Me tumbo sobre el sofá y al pasar una hora subo a la recámara encontrándola en el sofá cosa que significa que no quiere dormir en la misma cama que yo. ¡Dios! Es tan frustrante. La tomo entre mis brazos y la dejo sobre la cama, la cubro y me alejo, tomo su computadora a ver si descubro algo pero ésta tiene contraseña y bueno es mejor que lo deje así. Giro y la observo dormir, ¿acaso estará trabajando o buscando? Patricia. Siempre fui una persona seria y tranquila pero obediente cuando me da la gana. En el camino le marco a zack para que me investigue al profesor, quiero alguien confiable para mis hijos. —Zack, necesito un favor — le digo mientras observo por la ventanilla del taxi. —Diga señora. —No le digas nada a Jhon que yo lo haré, necesito que investigues a Jeison Lemam es un profesor —explico. —Ya entiendo, ok le llevaré la información en la noche. —Gracias, adiós —cuelgo. Tenía otra cita con el profesor, me agrada pero debo asegurarme de que sea una buena persona y quien dice ser. Es un encanto como hombre pero así son todos cuando confunden amabilidad con coqueteo. Jhon. Estaciono frente al lugar y antes se salir del jeep me pongo mis lentes de sol, entro y la busco con la mirada. Ella le habla seriamente como si se tratase de algo muy importante pero él le coquetea mutuamente con la mirada, él le dice algo y ella sonríe, alza su mano y le toca la mejilla con ternura, ella toma su mano y la baja de su mejilla cosa que me alegra. Me acerco con pasos lentos, él nota que me me estoy acercando pero ella no. —Te llamaré para que empieces y sino lo hago no te molestes en hacerlo tú — dice ella pero él no le contesta por ende gira y me ve cosa que la deja sorprendida, claramente no se lo esperaba. —¿Qué haces aquí?— pregunta entre dientes. Quito mis lentes y lo dejo en mi camisa colgado. —Vienes conmigo, linda —ordeno. —Me sé el camino —se para y toma su cartera, mira al hombre que está frente a ella y antes de decirle algo la tomo del brazo bruscamente. —Se me agotó la paciencia Patricia —La arrastro hasta llegar afuera donde ella se suelta de mi agarre y me empuja. —¿Qué rayos te pasa? ¿eh?, me puedes explicar tu puto problema ¿¡acaso no te he dejado en paz!?—me grita. —Ya me hartas té ese es el problema, no haces nada de lo que te digo. —Te encanta dar órdenes como si tú fueses alguien obediente que lindura, mira si crees que vas a venir a avergonzarme con tus estúpidos celos, te equívocas —se da la vuelta pero la tomo de la muñeca. —Vamos a casa. —Vete tú. —Ok, ya lo hice por las buenas —La tomo de la cintura y la entro en el jeep, me coloco frente a ella y con mi corbata le hato las manos mientras ella grita y patalea. —¡Eres un demente! ¿qué demonios crees que haces?, dejadme maldita sea Jhon — grita. —Sino quieres que pierda la cabeza, dime que pretendes y dejad de hacer tonterías — la tomo del cabello haciendo que me mire. —Pu-dre -te —Me dice casi deletreando cerca de mi rostro que puedo sentir su respiración. —Ok, pues no saldrás de casa. Trata de patear me pero está atada, río y beso sus labios con fuerza pero ella me muerde. —Ah —gimo tocando mi labio el cual sangra un poco. —Jhon desata me, estás loco o ¿qué? —Te conozco — le susurro cerca de sus labios, ella me besa es difícil no dejarme llevar pero luego chupa él lugar donde me mordió haciendo que me duela. —Ahhh Patricia —chillo entre dientes y ella ríe. Salgo del jeep para así montarme delante pero antes de cerrar veo su cara de susto. —Jhon dime que es una broma que no me dejarás así y aquí. La ignoro y procedo por cerrar pero ella empieza a gritar por ende decido taparle la boca. — ¡Jhon, esto no es normal! Vuelvo a subir y busco un pañuelo para callarle. —¿Que vas a hacer con eso?, ¡debe ser una locura Jhon no! que..— no termina porque le amarro el pañuelo en la boca. Bajo y voy al asiento copiloto para conducir, en todo el camino se la pasó diciendo mejor dicho gritando tonterías que nisiquiera entendía.
Lectura gratis para nuevos usuarios
Escanee para descargar la aplicación
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Autor
  • chap_listÍndice
  • likeAÑADIR