SOFÍA —¿Llevas alguna chaqueta o pantalón largo? —me insistió el abuelo desde el porche. —Que sí, abuelo —reí, y volví a subir los escalones del porche para darles otro beso de despedida. Aferré la mochila a mi espalda y caminé al todoterreno de Nick después de soltar mi mochila con el resto de trastos en el maletero. Volví a sentarme en el medio porque Chloe se mareaba si no iba contra la ventana, y Hunter me sonrió cómo sólo él sabía. Pasaríamos dos noches de acampada. El viaje fue tranquilo y tuvimos que bajarnos cuando Nick aparcó bastante lejos de dónde estaba la zona dónde nos instalaríamos. Chloe dejó que los chicos se hicieran los fuertes y cargaron demasiadas bolsas, aun así yo insistí y cargué mi mochila y alguna otra. Teníamos tres tiendas de campaña, y Chloe y yo monta