[Nina] Nuestras bocas se sincronizan a la perfección, nuestras lenguas se tocan ligeramente para después alejarse tímidamente. No puedo negarlo, los besos de Pablo del Moral son los mejores que me han dado en la vida y no sé si es el momento, la atmósfera o el hecho de sabe lo que sabe lo que hace lo que me pone a veces tan nerviosa. Su cuerpo se hace poco a poco hacia atrás, tratando de dirigirme sigilosamente hacia la cama. Mis piernas tiemblan, mi cuerpo se derrite entre sus brazos, me acuesto sobre la cama y de pronto… pierdo el conocimiento. A lo lejos escucho la voz de Pablo, como si fuera un sueño — Nina, Nina ¿estás bien? Nina— abro los ojos y lo veo frente a mi sonriendo — ¡Despertaste! — me dice feliz — ¿estás bien? — — Sí, sí, qué pasó — pregunto. — Eres la mujer

