[Pablo] (Días después) Última parada de este viaje de negocios, Italia, y les puedo asegurar que soy un hombre muy diferente al que se subió en ese avión privado en Madrid, y eso se lo debo a Mar y a Nina. Debo admitir que me siento extremadamente nervioso porque llegará el momento de que admita la realidad de la situación, que mis padres se enteren y que descubra quién en verdad es la madre de mi nena, pero por ahora, mientras veo a Nina jugar con Mar en su regazo y don Conejito, no me importa nada. Lo de beso quedó atrás, y no digo porque no nos haya gustado, que a mi me encantó, si no porque no hemos hablado al respecto, es como si hubiera quedado en esa habitación de hotel, guardado, como un secreto entre los dos y, aunque mis labios la desean de nuevo, no se ha dado la oportunida

