[Nina]
Los días en París pasaron rápido, pero sabíamos que no era el fin de nuestra luna de miel y el hecho de viajar a las Islas Polinesias nos hacía mucha ilusión. Así que después de horas de vuelo y otras tantas en auto, por fin despertamos en el paradisiaco hotel, rodeado del mar, con un solo increíble y sobre todo en la total privacidad.
Me levanto de la cama y veo que Pablo ya no está a mi lado, ve hacia la pequeña terraza que tenemos y él se encuentra viendo su móvil vistiendo simplemente un traje de baño. Lo observo y sonrío al darme cuenta qué mejor esposo no pude escoger. No sólo es tierno y lindo, comprensivo y amoroso, si no que también es muy guapo y atractivo... no pensé que llegaría a ser tan afortunada.
Me pongo uno de mis bikins, me amarro un pareo a la cintura y camino
