Junio 11 Ha dormido abrazada a mi toda la noche, si es que se le puede llamar dormir a que se levantara de la cama cada media hora. Sé que está muy nerviosa y eso le está jugando una mala pasada. La observo desde la cama mientras se cambia para ir a la oficina y no deja de mirarse al espejo, es como si estuviese buscando algún tipo de respuesta en su reflejo. —Te ves preciosa. — Comento haciendo que voltee a verme. —Estoy hecha un desastre. Tengo ojeras, apenas he dormido, y no puedo más de los nervios. Tengo un nudo en el estómago que no sé cómo calmarlo...— Me dice y vuelve a mirarse al espejo mientras pasa sus manos por encima de su abdomen con fuerza. —¿Quieres que vaya contigo a la oficina?— Me ofrezco. Ella niega y me mira a través del reflejo. —No amor, nadie sabe que estamos