Entramos a casa de los padres de Sebastien para buscar a Rocío y sonrió al verla a través del ventanal conversando con sus primos en el jardín. Me encantaría que disfrute de este tipo de cosas mucho más tiempo, pero sé que debe regresar a terminar los últimos días de clase. — ¿En qué piensas? — Me interrumpe su voz y baja a Nico al suelo para que comience a caminar de esa manera tan graciosa que lo hace. Volteo para verlo y le regalo una tímida sonrisa —Me conoces mucho...— —Bastante diría yo. — Replica. —Pensaba que Rocío y yo deberíamos regresar a Madrid para que ella termine las semanas que le quedan de escuela. — Le explico y su rostro claramente no es de alegría. —¿Cuándo termina?— —El 12 de junio.— Le dejo saber. —Falta bastante... ¿crees que puedan venir para el partido aquí