[SEBASTIEN] No sé cuantas horas llevamos conversando en medio de nuestra cena. Ya no solo hemos cenado, si no que también hemos terminado el postre y hasta un café cada uno. —Tengo la impresión de que nos están echando. — Me dice entre risas al notar que de a poco algunas luces se han ido apagando. —Una de la madrugada. — Comento mirando el reloj que llevo en mi muñeca. —El tiempo contigo se me pasa volando. — Le confieso sin evitar perderme en esa mirada que tanto me gusta y me trae loco hace años. —A mi también, pero vayamos antes de que nos pidan amablemente que nos vayamos. — Dice y sin más dejo el dinero sobre la mesa y me levanto de la silla para apartar la suya y ayudarle a levantarse. Salimos del restaurante, y le abro la puerta para después ofrecerle mi mano mientras que s