Emily Rosé. —Buenos días, Doctora —algunos pacientes que ya se encuentran dispersos en los pasillos me saludan en unísono cuando voy llegando a la clínica. A cualquier hora este lugar está repleto de parientes de pacientes que esperan por sus familiares y otros por consultas. Son poco menos de las 7am y hoy después de una larga noche de insomnio, opté por venir temprano a coordinar algunas cosas antes de que empiecen las consultas y así poder distraerme. Helena aún no se encuentra en su sitio, lo que es normal, ya que aún es algo temprano, así que sólo empiezo a organizarme para recibir a mis pacientes para las 8hs. Lo primero que noto al entrar a mi cubículo es el ramo fresco de calas que se encuentran en mi mesita de la esquina, al igual que ayer, igual a cuando estaba internada, igu