Nicolás Fuentes —Señor Fuentes —irrumpe Sara en la oficina con el teléfono en la mano. —Dime, Sara —contesto con el ceño fruncido. Había pedido no ser interrumpido por todo el trabajo atrasado que tengo por solucionar, pero creo saber que es tan urgente para que entre de esta manera y con una mueca en el rostro que ya lo dice todo. —La Señora Ángela —susurra confirmando mi teoría, es la tercera vez que me llama desde que vine hasta aquí hoy a la tarde a trabajar. —Dice que ya está llegando a la joyería, quiere saber qué hora llega. —Dile que lo solucione ella —bufo molesto. —Tengo muchos asuntos aun por atender aquí, después debo volver al hospital. Escucho que habla con ella y enseguida me pasa el teléfono con una cara de disculpa para después salir raudamente de la oficina antes de