Dos días después: 14 de julio Ante los ojos de toda la empresa, Mykel y yo estamos regresando después de una corta luna de miel, y es que de alguna forma todos se han enterado de nuestro matrimonio. Supongo que es normal que la noticia corriera como la pólvora, después de todo él es el hijo del dueño de esta revista, ¿no? Mykel inmediatamente se da cuenta de cómo me siento y su manera de rodearme por la cintura y acercarme a él me hace sentir un poco más segura. No sé si es positivo o no que él tenga este tipo de efecto en mí, pero me da paz y para mi eso es lo más importante. —Respira cariño —me pide cuando estamos cerca su oficina y hago mi mayor esfuerzo por hacerlo y lo veo sonreír. —No es fácil ser tu esposa —bromeo cuando entramos a su oficina. —¿Por qué dices eso? —inquiere di