Un año después Ya ha pasado un año desde que nacieron Alya y Kalen, y no puedo creer lo rápido que pasa la vida. Siento que todo este tiempo ha sido un aprendizaje sin fin. No ha sido sencillo superar cada uno de los retos que se nos han presentado, pero tal y como lo hemos prometido, estamos más unidos que nunca apoyándonos a cada paso. La montaña rusa de emociones que hemos estado viviendo es difícil de describir. Por una parte, el vínculo entre Blaz y yo se hace cada día más fuerte, algo que me tiene demasiado emocionada por lo que eso significa. Luego esta Malí que no deja de crecer y robarnos el corazón cuando nos llama mamá o papá, o cuando baila al ritmo de una canción que estamos escuchando. Es tan hermosa, tan dulce… tan única que nos esforzamos lo que más podemos para que sea