—Parece que mi mujer de ciudad se ha vuelto demasiado sensible.
—Si, eso parece.
—Cambiaría en algo si te doy a Ghost como regalo de bodas.
—¿En serio?
—Si, quiero que sea tuyo.
Lo abrazo emocionada.
—Me siento tan feliz.
—¿Solo por Ghost?
—No tonto, por ti, por Dafne, por Logan, por esta nueva oportunidad que tenemos.
—Yo también estoy feliz, vamos a preparar todo para casarnos cuanto antes, te prometo que nuestra boda por la iglesia la celebraremos en grande.
—Eso no importa, no necesito una fiesta grande, me conformo con verte en el altar esperándome.
—Así será, ahora vamos a sacar la licencia de matrimonio antes de que te arrepientas.
Le quito el sombrero y empiezo a desabrochar su camisa.
—No creo que pueda arrepentirme.
Paso mis manos por sus hombros y me pongo de pie
