Danna. Como cada semana salí a dar unas vueltas por el parque en la mañana trotando, no acostumbro ser muy atlética, pero Sky me hacía seguirla todos los días y me acostumbré. Aunque ahora lo hacía unas tres veces por semana solo para no perder el ritmo. Me detuve a beber agua y noté que mis zapatos tenían uno de los cordones sueltos y me agaché a atarlos, apenas terminé volví a correr de nuevo cuando percibí por el rabillo del ojo a un hombre que me perseguía, se veía apurado por alcanzarme y me detuve al ver que vestía deportivo y no parecía un vándalo, además, estábamos en medio del parque y con cientos de personas al rededor en plena luz del día. - ¿Si? - Fruncí el ceño y lo miré. Era un hombre maduro ya, pero la edad no le hacía daño porque se veía bien y con un cuerpo bastante no