Georgia llevaba poco más de una semana trabajando para Alessandro, pero en realidad, el trabajo no le había resultado demasiado complicado, Alessandro había estado los últimos tres días en un viaje de negocios, aunque Georgia no supiera muy bien lo que la palabra “Negocios” implicaba, y entre el colegio de Thomas y las clases de futbol a las que recientemente se había apuntado, ella no tenía mucho que hacer. No le gustaba aceptarlo, pero sentía injusto recibir un sueldo tan alto cuando el trabajo no era nada difícil, sus labores se habían basado en recoger y acompañar a Thomas al colegio, y para eso ni siquiera debía conducir porque en la casa había un chofer personal que se encargaba de llevarlos a donde quisieran. Georgia se estaba dando la gran vida, si no fuera porque en algún mome